El aceite de moringa reduce la inflamación, repara la piel y fomenta la producción de colágeno. Purifica la piel al filtrar impurezas, dejándola fresca y radiante.

Ideal para rejuvenecer la piel, este aceite regenera células, retrasa el envejecimiento, calma inflamaciones y combate el acné, fortaleciendo la barrera natural de la piel.

Potente regenerador celular, atenúa arrugas y reduce marcas de acné. Ayuda en la cicatrización, mejora la uniformidad del tono y tensa e hidrata la piel.

Rico en vitaminas K y E, tiene propiedades antioxidantes que retrasan el envejecimiento. Estimula la regeneración de tejidos y trata eczemas y cicatrices.

Lleno de ácidos grasos, mejora la elasticidad de la piel y le devuelve su brillo natural. Nutre, hidrata, combate el acné y puntos negros, y deja la piel suave y luminosa.

Mejora la circulación sanguínea, descongestionando zonas del rostro. Es un potente antioxidante que previene arrugas tempranas, dejando la piel fresca y revitalizada.

Esencial para una piel sana, difumina cicatrices, elimina imperfecciones y actúa como barrera natural contra los rayos solares. Protege las células del envejecimiento prematuro.

El aceite de jojoba hidrata profundamente sin dejar sensación grasosa. Protege contra desequilibrios de pH, es rico en antioxidantes, previene arrugas y promueve colágeno.

El aloe vera hidrata y suaviza la piel, regenera células y reduce signos de envejecimiento. Limpia profundamente los poros y alivia pieles sensibles o enrojecidas.

Limpia, tonifica y suaviza la piel, restaura el equilibrio en pieles inflamadas, reduce la apariencia de poros y calma irritaciones, dejando la piel fresca y relajada.